Viernes de Conciencia Animal: AMEDEA

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 "TRATA A LOS DEMÁS COMO QUISIERAS QUE TE TRATASEN A TI"





Por Ivón.
Hoy Viernes 01 de marzo del 2013, damos comienzo a los "Viernes de Conciencia Animal", en los que nos encargaremos de publicar cada semana información acerca de su protección y conservación, además de artículos que puedan ser de interés para aquellos (as) que colaboran con la noble actividad del respeto hacia los animales. 

Les comento que de inició tenía planeado escribirles acerca de la Declaración Universal de los Derechos del Animal, pero es importante que antes de adentrarnos en este tema, tengamos bien claro lo que son los derechos de los animales, por lo que me dí a la tarea de buscar información jurídica acerca de esto, y encontré un sitio que me llamo mucho la atención: AMEDEA: Asociación Mexicana por los Derechos de los Animales, A. C. Es un sitio bastante interesante, y no esta de más decir que tienen "el objetivo de proteger a los animales de la crueldad o indolencia humana y de promover el trato ético hacia ellos."

Pues bien, en el sitio de AMEDEA se ubica dentro del apartado "lo que debemos saber", un artículo escrito por el Licenciado Gustavo Larios (Presidente y Fundador de esta Asociación), que habla acerca del aspecto jurídico sobre los Derechos de los Animales, aquí les dejo el escrito: 






La palabra "derechos", en su connotación jurídica, alude al conjunto de facultades o potestades que son otorgadas o reconocidas a los miembros de una comunidad por las normas emanadas del poder legislativo.

Para que un determinado bien sea tutelado por la ley, existe un procedimiento jurídico surgido de un reclamo social, mismo que necesariamente responde a lo que en un momento y lugar determinado es considerado por la sociedad como justo.

Sin embargo, hay valores, que por su innegable fuerza son estimados por los seres humanos como esenciales: la vida, la libertad y la salud, son ejemplo de ello.

Existen debates doctrinarios sobre la validez, o la existencia incluso, del llamado derecho natural, al que se ha definido como el conjunto de normas que el hombre deduce de su propia conciencia, estimándolas una expresión de justicia; se ha dicho que es el derecho intrínsecamente justo y que vale por sí mismo, por encima del surgido de los órganos legislativos.

Al margen de las controversias doctrinarias, el hecho es que los llamados derechos humanos son precisamente eso: el reconocimiento de potestades mínimas que a todo hombre o mujer se le deben garantizar, independientemente de lo que las leyes de su país establezcan.

El derecho natural, los derechos humanos o los derechos de los animales tienen inexorablemente una base ética, que encuentran en la regla de oro de dicha disciplina su principal argumento: "trata a los demás como quisieras que te tratasen a ti".

Al estar demostrado que no solo los seres humanos, sino que también otros animales, poseen conciencia, pero sobre todo poseen sensibilidad, es decir, la capacidad de sufrir cuando se atenta contra su libertad, su vida o su integridad, es indudable que se deben reconocer derechos a los animales no humanos.

Con mayor razón, al existir normas legales, tanto internacionales (tratados), como nacionales a nivel federal y estatal e incluso municipales, que protegen a los animales, debemos considerar que los animales tienen derechos, pues aunque carezcan de la capacidad para el ejercicio de los mismos, tienen indudablemente la capacidad de goce, al igual que los menores, los discapacitados mentales, algunos discapacitados físicos o los productos de la concepción desde antes de nacer.

En términos muy generales podemos decir que el derecho positivo es el que nace de los órganos legislativos; el vigente es el formalmente válido; el objetivo es el conjunto de normas jurídicas en sí, y el subjetivo es la facultad que se confiere a alguien por esas normas jurídicas.

Luego entonces, si existen una o varias leyes que protegen a los animales no humanos en su vida, libertad e integridad, sancionando a todo aquel que les cause sufrimiento o la muerte en forma innecesaria, podemos concluir que los animales no humanos tienen el derecho subjetivo, conferido por el derecho objetivo a no ser muertos, lastimados, privados de su libertad o víctimas de cualquier acto que les afecte sin una causa lícita.

La protección jurídica de los animales no humanos tiene como el antecedente conocido más remoto al gobernante indio Asoka, quien estableció en el siglo VI ante de Cristo, sanciones para todo aquel que lastimara a un animal. Mucho tiempo antes, con los egipcios, se aplicaron severas sanciones (incluso la pena de muerte) a quienes hicieran daño a los gatos, pero en este caso el móvil de la protección era lo sagrado y no el reconocimiento de derechos a los felinos.

Muchos grandes pensadores y santos, a lo largo de la historia se han pronunciado en favor de las consideraciones hacia los animales, pero los mezquinos intereses y la ignorancia han retardado la promulgación de leyes protectoras de fauna y la eficaz aplicación de éstas. En la medida que una sociedad va evolucionando, va estableciendo leyes más éticas y más incluyentes, estimando el bienestar de gente con cualquier color de piel, con cualquier ideología o creencia religiosa, de cualquier género, con discapacidades y, desde luego, el de todo ser vivo capaz de sufrir.

En México existen leyes federales en materia de fauna silvestre, de consumo (sacrificio, movilización, transporte, comercialización, especificaciones de rastros, etc.), utilizada para experimentación o en actividades docentes. Hay también leyes protectoras de animales en la mayoría de los estados del país, así como reglamentos y bandos municipales que contienen disposiciones que sancionan los actos crueles.

Por otra parte, la legislación vigente no se limita a sancionar las conductas crueles hacia los animales no humanos, ya que el reconocimiento de los derechos de éstos abarca también la obligación de distintas autoridades de promover el trato ético hacia los animales, y ya existen propuestas en algunos congresos para que se establezca la obligación de que se imparta la materia de trato ético hacia los animales, por lo menos, en las escuelas de nivel básico.

También existen comités de bioética en distintas instituciones que tienen manejo de animales, lo que implica la aceptación de que no se trata de objetos, sino de seres vivos que merecen consideraciones sobre su capacidad de sufrir.


Conclusiones

Desde cualquier acepción del Derecho que se quiera analizar, es procedente estimar que los animales no humanos tienen derechos.

Las visiones antropocéntricas, basadas en la discriminación por especie y en los intereses de quienes lucran con la explotación y el abuso, son las que han pretendido negar a los no humanos sus derechos, permitiendo atrocidades generadoras de violencia social (ver en esta sección el apartado de los asesinos seriales y su infancia de maltrato a animales), destrucción de ecosistemas y daños a la salud de la población.

La sustentabilidad, llevada en forma superficial o burocrática, no ha detenido la destrucción de hábitats ni la extinción de especies. Mientras se siga considerando a los animales no humanos como recursos y a los humanos como sus dueños, como lo refirió en el siglo XIX el Gran Jefe Seattle, no parará el abuso y la pérdida de los ecosistemas. En ese tiempo, el gobernante blanco no pudo entender el mensaje del preclaro jefe piel roja, pero lo peor, es que han pasado 150 años y aún no se comprende, pues el rumbo de la humanidad sigue cual cáncer de la biosfera.

Compartimos la tesis del ecologismo profundo, que nos coloca a los humanos como unos integrantes más del planeta, pero además, obligados por nuestra capacidad de pensar, y por nuestra conducta pasada y presente, a reponer las ancestrales faltas y a asumir con humildad nuestro papel, terminando de una vez por todas con ese ego ignorante que ha sido puesto en evidencia por la astronomía y la tesis evolucionista.

Cada vez hay más pruebas científicas de que no somos los únicos capaces de llorar o de reír, ni tampoco de pensar, o de utilizar objetos y comunicarse en formas muy complejas, que inexorablemente implican procesos racionales; de allí que no exista justificante ni ética ni jurídica para no reconocer y hacer valer en bien de los animales no humanos, esos derechos, de los que como francos tiranos les pretendimos despojar por milenios.


 
Personalmente creo que si todos los seres humanos aplicáramos de forma equitativa la regla de oro de "trata a los demás como quisieras que te tratasen a ti", los niveles de violencia, crueldad, e indiferencia social serían reducidos en su totalidad. Ojala que seamos más los que nos sumemos a los trabajos de protección animal. 

MI RESPETO y ADMIRACIÓN TOTAL A LA "ASOCIACIÓN MEXICANA POR LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES, A.C.", POR SU NOBLE LABOR. SEPAN QUE LA MADRE NATURALEZA RECOMPENSA A TODO (A) AQUEL QUE HAGA ALGO POR SUS HIJOS. 
 
Para mayor información consulte la siguiente página: AMEDEA


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